miércoles, 22 de febrero de 2017

MARATÓN DE SEVILLA 2017...OTRA COSA...

Pocos días han pasado desde que me enfrentase a esos "míticos" 42.195 metros...
Aún recuerdo mi maratón del 2016 en la que las dudas me asaltaron en el kilómetro dos... La presión del tiempo hace mucho aunque un buen entreno lo hace todo y también se puede disfrutar...
Este año tenía otras dudas, desde el verano entrenos complicados y escasos, cero calidad,...difícil ir por marca (que siempre gusta mejorar aunque sea en un segundo...) y 42 kilómetros inciertos...

Cuando se está en esta tesitura sólo queda disfrutar de la otra manera, y principal, que sabe un Pretoriano, en equipo, "todos salimos juntos y llegamos juntos".

Y así fue, dos globos, dos misiones, llevar a todo aquél que optase por las 4:15 o 4:30...
Me junté con Andrés y formamos un grupito pequeño pero muy apañado...no es la primera vez que formamos equipo, no se nos da mal...

Y así, preparativos, bromas acerca de los globos,.. se fue acercando el día.

El día de la pasta, dorsal y un platazo de macarrones con un buen grupo de amigos,...todo envuelto en un ambiente de ilusión, nervios, ansia, expectación, stands repletos de runners locos por una oferta,..
Cada persona que se calza las zapas tiene un objetivo, un reto, un motivo que le impulsa a enfrentarse a ese brutal esfuerzo, luchan por hacer presente una causa, por llevar con ellos "un cachito de cielo", por levantar el ánimo a quién no le quedan fuerzas, por la familia (aquella que sufre nuestros entrenos diarios)... Por miles y miles de razones, tantas como corredores...

Llegó el gran día y comenzamos con una entrega de coraza, esa que llevaría Carolina con el globo de las 4:30 y tomamos posiciones.


Qué contar sobre la carrera? desde el punto de vista de esta Pretoriana, una maratón cada vez más grande, cada vez más cuidada, ambiente espectacular (sobretodo por algunos puntos claves del recorrido) y unos voluntarios de diez, a los que poco mas que "les quedaba beberse el agua por uno para ayudar".
Cada metro, cada zancada, para mí, un cúmulo de sensaciones.
No me corté un pelo, me paré a saludar casi en todas las ocasiones aunque me costaba luego un sprint para alcanzar el 4:15 de nuevo y no siempre fue factible (debo algún que otro beso más)...
Del tiempo sólo estuve pendiente para cumplir con el globo, nos llevamos "haciendo ecuaciones aritméticas" todo el camino....jijjjijjji.
Aplaudí, grité, animé,..esas cosas
que se pueden hacer cuando vas a disfrutar sin más, con el único objetivo de estar junto al globo y asistir a Andrés en lo que necesitase.
En mi corazón, las causas de los demás, cumplir una marca, empujar un carro, una enfermedad en la que no es opción rendirse, otra que podría ser 100% curable, una primera vez, una veinte,...

Me quedo con el trabajo hecho, con la entrada a meta fruto de un esfuerzo diario, con los aplausos de la grada, con los abrazos bajo el arco, con el mar azul de plásticos de "héroes maratonianos", con los ojos llorosos de aquellos que creían que no podrían, con las sonrisas infinitas de satisfacción imborrables durante días,...

Sí, soy corredora de ultrafondo, me esperan el campo y sus montañas, lejos del bullicio de la ciudad y del duro asfalto, cimas con vistas infinitas que me acercan al cielo del que, a veces, no quiero bajar... allí vuelvo pero... la maratón, es otra cosa, llana, desafiante, fuerte...

La maratón te reta a un pulso que algunos piensan que han perdido, pero no, gana el valiente que se prepara y acude a la línea de salida, gana el que cruza meta y gana aquél que se retira pero aprende de sus errores.


Soy corredora de ultrafondo pero la maratón... es otra cosa!